«La esperanza de la política queer es acercarnos más a otros y a otras, a quienes se nos ha prohibido acercarnos, también podría darnos maneras distintas de vivir con otras personas.»
Sara Ahmed
Escrito por: Paulina Macías Núñez
¿Dónde está el valor del acto creativo? ¿Está en su ejecución? ¿En lo que contiene? ¿Está en lo que provoca? ¿En sus resonancias?
La exposición “Fuimos, somos seremos. Identidades y diversidades sexuales en Querétaro” fue un proyecto que nació colectivo. Planteada desde el CECRITICC (Centro de Estudios Críticos en Cultura Contemporánea) de la Universidad Autónoma de Querétaro y la asociación civil Círculo de Diversidades, y trabajada y albergada por el Museo Regional de Querétaro, esta exposición cuenta, a través de documentos, objetos, piezas artísticas contemporáneas e históricas, vestuarios, fotos, videos y textos, una parte de la historia de la diversidad sexual en Querétaro.
El contenido temático de la exposición está divido en 5 núcleos temáticos. Gimnasia y magnesia, el primer núcleo temático, plantea un contexto general de conceptos y definiciones sobre el tema que permite al visitante situarse en la exposición. En esta parte destacan dos elementos: una línea de tiempo que presenta datos sobre la lucha LGBTTTQ+ en el mundo, en México y, con mayor relevancia ,en Querétaro, así como un espejo del siglo XIX que es parte de la colección del Museo Regional. Este guiño, sobre la presencia de la mirada que nos da identidad, nuestro reflejo, invita al espectador a confrontarse frente a sí mismo ante conceptos como género, identidad, expresión de género y sexo.
Detrás del reflejo que arroja el espejo, se ve un closet del siglo XIX, que también es parte de la colección del Museo Regional. Esta pieza encabeza y da nombre al segundo núcleo temático, En el armario. Contenido en un pequeño cuarto que emula la estética del callejón abandonado, este núcleo contiene tres piezas contemporáneas de artistas queretanos, Valerio Gámez, Raúl Sangrador y Lechedevirgen Trimegisto, que hablan de la violencia que reciben las disidencias sólo por ser.
Rompiendo el molde es el tercer núcleo temático. En éste se presentan piezas contemporáneas e históricas que se relacionan con estrategias de las disidencias para navegar la heteronorma que incluyen listados de asociaciones, cuerpos, vestuarios y denuncias. Resalta, tanto en las piezas contemporáneas presentadas de Alejandra, La Bala, Rodríguez, Fausto Gracia y Santo Miguelito como en el San Sebastián –parte de la colección del museo– la presencia del cuerpo, que en esta lucha ha sido el campo de batalla.
Luz al final del túnel es el último núcleo temático, que presenta logros de las luchas, desde una documentación atractiva y adecuada del movimiento del Ballroom en Querétaro hasta una conmovedora vitrina llena de los documentos sobre el proceso legal, el perfil psicológico y los documentos de Ilsa, que llevó su transición hasta las últimas instancias legales y logró cambiar todos sus documentos para que estos representaran su verdadera identidad.
El último espacio tiene como objetivo documentar la historia de las marchas en Querétaro y presenta el contexto del 12o encuentro de diversidades en Querétaro, sus embajadores y el pliego petitorio que tiene la comunidad.
El proceso de trabajo para el desarrollo de esta exposición fue siempre abierto: juntas de conceptualización, integración de investigaciones hechas en la Universidad, propuestas contemporáneas y de la colección del museo, textos y fotos todos fueron integrándose en el hacer. La postura desde la que se plantea la exposición, siempre local, siempre con miras a los logros, fue consensuada. ¿Cómo hacer una exposición que reconozca la lucha y que celebre los logros sin caer en lo trágico de la historia de la comunidad ni en el falso entusiasmo del capital? Esta pregunta delineó los núcleos temáticos, marcó la invitación a las miradas contemporáneas para complejizar las perspectivas y contuvo en sus sitios datos, documentos y estadísticas. Resalta en este logro el trabajo interdisciplinario e interinstitucional. Las posturas de la Universidad, el Museo Regional y el Círculo de Diversidades, como representantes de diferentes actores de la sociedad y los equipos de perfiles profesionales diversos, lograron aterrizar una enorme cantidad de información en una síntesis atractiva y potente. Es importante dar crédito a la curaduría de Abraham Khalid H. Martínez, que no sólo consistió en selección y problematización, sino en una importante labor de consenso entre las diversidades que habitan esta lucha.
Una de las decisiones que más fuerza le dieron a la exposición es el lugar en donde fue instalada: el Museo Regional. De carácter institucional y de público más bien conservador, al menos en la percepción, este museo de más de 80 años de historia ha hecho una enorme labor para resguardar y contar la historia local, y lo ha hecho de manera tan remarcable que es un importante referente. Contar la historia de la disidencia sexual desde este museo es una buena idea en partida doble: para las comunidades LGBTTTQ+, mirarse representados en un espacio oficial es un logro, una llegada. «Esta exposición es una grieta que se abre camino en la superficie donde solo ha habido espacio para la Historia (cis-hetero)nacional o (cis-hetero)universal que asimila y borra las diferencias.» dice Nivardo Trejo en el Texto introductorio de la exposición.
Para el Museo Regional era una cuestión urgente. Situado en una ciudad que entre 1990 y la actualidad ha duplicado su población y que por primera vez desde la Colonia no es una ciudad de paso, sino una ciudad de arribo (familias de todos los estados de la República Mexicana y de algunos países del mundo llegan a vivir a esta ciudad en una razón promedio de 30 por día) el Museo Regional necesita representar la diversidad de identidades y formas de vida que los procesos de desarrollo y migración han establecido en esta ciudad. La gran labor de un espacio como este, la de conservar, estudiar, proteger y difundir el patrimonio, no se puede lograr sólo desde la protección y del cuidado: es necesaria la apropiación por parte de la comunidad. Para que el patrimonio sea verdaderamente una herencia, la comunidad ha de sentirlo suyo, y la LGBTTTQ+ representa en Querétaro —de acuerdo con una reciente encuesta publicada por el INEGI— el 8.2% de la población.
Por supuesto que la exposición y la labor de la lucha LGBTTTQ+ está lejos de terminar y dentro de ella se hallan muchos huecos: la representación de mujeres lesbianas, queer, bisexuales y hombres trans es más bien escasa, no todos los muy diversos grupos que componen esta comunidad están integrados ni en la exposición ni en la parte más visible de la lucha. Pero la emotiva inauguración de “Fuimos, somos, seremos” da esperanza para pensar que hay formas distintas de entendernos y de integrarnos con todas las diferencias y disidencias en un espacio en donde la convivencia es posible.
Si quieres saber más sobre la exposición puedes visitar el micrositio y también consultar el Facebook, Instagram y Twitter del Museo Regional de Querétaro para seguir las actividades paralelas.